Curiosamente, la figura de la Virgen de Baviera es conocida por su presencia tranquilizadora, a menudo representada con un cetro que simboliza su realeza y protección maternal. Cuenta la leyenda que, en los pueblos bávaros, la presencia de una estatua como ésta en una casa aporta bienestar y serenidad, protegiendo a sus habitantes de todo mal.
Cada estatua es única, pintada a mano con minuciosos detalles que resaltan los delicados matices de la madera, resaltando la belleza natural del material. El uso de colores al óleo hace que cada figura sea vívida y fascinante, haciendo que la Virgen y el Niño brillen en cada detalle.
Esta Virgen de Baviera no es sólo un objeto de devoción, sino también una obra de arte que cuenta historias de fe y cultura a través de los siglos, uniendo al espectador no sólo en la oración, sino también en la admiración del arte y la historia. Lleve un pedazo de Baviera a su hogar, un símbolo de protección y belleza que seguirá inspirando a generaciones.