El vínculo entre el santo y el mejor amigo del hombre está consagrado en la leyenda según la cual el emperador Diocleciano intentó torturar al joven Vito y, entre todas las cosas, le arrojó uno o varios perros rabiosos, que no sólo no mordieron al joven sino que fueron curados por él.
Colóquelo en su casa como signo de esperanza y curación, o regáleselo a cualquier persona que necesite consuelo y protección. Lleve un pedazo de espiritualidad e inspiración a su hogar con la escultura San Roque de Dolfi.
Cómprela ahora y sienta la presencia divina en su entorno cotidiano.