San Hugo de Grenoble, venerado el 1 de abril, fue una figura importante de la Iglesia católica medieval. Nacido en 1053, se convirtió en obispo de Grenoble en 1080, cargo que desempeñó hasta su muerte en 1132. Su vida se caracterizó por una profunda humildad y un intenso compromiso con la reforma de la Iglesia. San Hugo es especialmente conocido por su papel fundamental en el nacimiento de la orden cartuja, ya que colaboró estrechamente con San Bruno de Colonia en la fundación de la Gran Cartuja. La tradición le recuerda por una visión mística de siete estrellas, que más tarde se convirtió en su atributo iconográfico más reconocible. Su santidad era tal que fue canonizado sólo dos años después de su muerte por el Papa Inocencio II, un reconocimiento excepcionalmente rápido para la época. Además de ser el patrón de Grenoble, a menudo se invoca a San Hugo para aliviar los dolores de cabeza. Su fiesta, celebrada con especial devoción en la región de Grenoble, es una ocasión para recordar las virtudes de este santo obispo. En muchas iglesias y casas particulares se puede encontrar una estatua de madera de arce de San Hugo, finamente pintada a mano con colores al óleo. Esta representación artística capta la esencia del santo, a menudo retratándolo con sus vestiduras episcopales y las siete estrellas de su visión, ofreciendo a los fieles un recuerdo tangible de su vida ejemplar y su impacto duradero en la Iglesia.