La Sagrada Familia, compuesta por el Niño Jesús, María y José, es el centro de la fe cristiana y símbolo universal de amor, unidad y protección. Su veneración hunde sus raíces en los Evangelios, que narran el nacimiento de Jesús en Belén, la huida a Egipto y la vida en Nazaret.
La figura de María, madre de Dios, es venerada por su pureza y su "sí" incondicional a la voluntad divina. José, padre putativo de Jesús, es ejemplo de humildad, laboriosidad y dedicación. Jesús mismo, el Hijo de Dios encarnado, es el centro de la salvación.
La devoción a la Sagrada Familia se ha desarrollado a lo largo de los siglos, culminando en la fiesta litúrgica instituida en 1921. Ella invita a reflexionar sobre los valores familiares, sobre la santidad del matrimonio y sobre la importancia de criar a los hijos en la fe. Las decoraciones navideñas que la representan son un recordatorio tangible de estos principios, llevando a los hogares un mensaje de paz, esperanza y bendición.