Cada elemento de esta estatua ha sido cuidadosamente modelado para captar la esencia sagrada y la elegancia de Nuestra Señora de la Merced. La expresión apacible del rostro y los delicados tonos de la pintura transmiten un mensaje de amor y protección. Nuestra Señora de la Merced, también conocida como Nuestra Señora de la Merced o Virgen de la Merced, es una figura muy venerada en la tradición católica. Su nombre completo es «María Santísima de la Merced», y se la celebra principalmente por su papel como liberadora de los esclavos cristianos.
La devoción a Nuestra Señora de la Merced tiene su origen en el siglo XIII, cuando, según la tradición, la Virgen María se apareció a Pietro Nolasco, un comerciante catalán. Durante esta aparición, la Virgen le animó a fundar una orden religiosa dedicada a la liberación de los cristianos sometidos a esclavitud por los moros. Esta orden se conoció como la Orden de los Mercedarios, fundada el 10 de agosto de 1218 en Barcelona, con la aprobación del rey Jaime I de Aragón y bajo la protección del Papa.
El título «Mercede» deriva del latín «merces», que significa «merced» o «rescate». La orden de los mercedarios tenía la tarea específica de recaudar el dinero del rescate de los prisioneros y trabajar por su liberación, una tarea simbolizada por la cadena que a menudo se encuentra en las representaciones de Nuestra Señora de la Merced.
La fiesta de Nuestra Señora de la Merced se celebra el 24 de septiembre. Durante este día se celebran procesiones y celebraciones religiosas, especialmente en España, América Latina y otras zonas donde la Orden Mercedaria ha tenido un impacto significativo.
A menudo se representa a Nuestra Señora de la Merced con un vestido blanco y un manto azul, sosteniendo al Niño Jesús en brazos. A veces se la representa sosteniendo cadenas, símbolo de la liberación de los esclavos, o con los brazos extendidos en señal de acogida y protección.
Esta veneración es un ejemplo de cómo la fe puede inspirar acciones concretas de solidaridad y compromiso social, manteniendo viva la esperanza entre quienes sufren injusticias.