La Cruz Tau, o Cruz de San Francisco, es un símbolo cristiano con una historia milenaria. Su forma de "T" recuerda la letra griega "tau", la última del alfabeto, y por eso fue asociada al fin de los tiempos y a la salvación. Ya en el Antiguo Testamento, el profeta Ezequiel menciona una señal en la frente de los justos, interpretada por algunos como el Tau.
Su veneración creció exponencialmente gracias a San Francisco de Asís, que la adoptó como propio sello y símbolo de vida. Para el Pobre de Asís, el Tau representaba la cruz de Cristo, el amor incondicional y la penitencia. La llevaba puesta, la pintaba en las paredes y la usaba para firmar sus cartas, difundiendo su significado de humildad, paz y dedicación a Dios. Aún hoy, la Cruz Tau es un emblema franciscano, recordando la herencia espiritual del Santo y su mensaje de fraternidad universal.