El cenicero rústico Dolfi, realizado en preciada madera de olivo, evoca la sacralidad de un árbol milenario, símbolo de paz y longevidad. Aunque no directamente asociado a un santo específico, la madera de olivo está profundamente arraigada en la tradición bíblica y cristiana. El olivo es mencionado desde el Antiguo Testamento como señal de la bendición divina y de la reconciliación (la paloma con la rama de olivo después del Diluvio). En el Nuevo Testamento, Getsemaní, lugar de la oración de Jesús antes de la Pasión, era un olivar. El aceite de oliva se usa en los sacramentos cristianos, como el Bautismo, la Confirmación y la Unción de los enfermos, simbolizando la gracia, la curación y la consagración. Adquirir un objeto en madera de olivo significa llevar a casa un pedazo de esta rica historia espiritual, un recordatorio tangible de fe, esperanza y armonía.