El ángel, símbolo universal de protección y mensajero divino, no está asociado a un único "santo" específico en el sentido canónico, sino que representa más bien una categoría de seres celestiales venerados en múltiples tradiciones religiosas, en particular en el Cristianismo, en el Judaísmo y en el Islam. Su historia hunde las raíces en las antiguas escrituras, donde aparecen como intermediarios entre Dios y la humanidad, portadores de anuncios importantes (como la Anunciación a María), guías, protectores y ejecutores de la voluntad divina. La veneración de los ángeles se manifiesta en la fe en su intercesión, en la solicitud de su protección y en la contemplación de su pureza y cercanía a lo divino. Son figuras que inspiran esperanza, consuelo y un sentido de presencia espiritual constante.