Nacida en el siglo III d.C., Santa Perpetua fue una madre y noble romana que eligió seguir su fe cristiana a pesar de la persecución de la época. Su historia es un ejemplo de fuerza interior y sacrificio por aquello en lo que creía.
La escultura de Santa Perpetua capta la esencia de su personalidad y su fe de una forma intensa y emotiva. Los rasgos faciales reflejan su determinación y valentía, mientras que su porte sereno y pacífico transmite un sentimiento de esperanza y confianza en Dios.
La escultura de Santa Perpetua es un homenaje a esta extraordinaria mujer que dejó una huella indeleble en la historia del cristianismo. Representa una invitación a reflexionar sobre el valor de la fe y la capacidad de superar los retos con valor y dignidad.
Que esta escultura de Santa Perpetua sea un símbolo de inspiración para todos los que la admiran, inspirándoles a perseguir su fe con fuerza y determinación, tal y como hizo ella a lo largo de su vida.