Padre Pío de Pietrelcina, nacido Francesco Forgione el 25 de mayo de 1887, fue un fraile capuchino y sacerdote. Conocido por haber recibido los estigmas el 8 de septiembre de 1910, un fenómeno que lo hizo el único sacerdote estigmatizado conocido. Su vida fue dedicada a la fe y al servicio, transcurriendo gran parte de su ministerio en el convento de San Giovanni Rotondo, donde murió el 23 de septiembre de 1968. Los estigmas, que se hicieron permanentes después de la transverberación del 5 de septiembre de 1918, desaparecieron milagrosamente al momento de su muerte sin dejar rastro. Su santidad fue reconocida por la Iglesia: declarado Venerable el 18 de diciembre de 1997 por el Papa Juan Pablo II, fue proclamado Beato el 2 de mayo de 1999. Su figura es venerada por su profunda espiritualidad, los milagros atribuidos a él y su incansable compromiso en la confesión y en la dirección espiritual.