San Miguel Arcángel, cuyo nombre significa "¿Quién como Dios?", es una figura central en las tradiciones judía, cristiana e islámica. Venerado como el príncipe de los ángeles y jefe de las milicias celestiales, es el defensor de la fe y el protector contra el mal. Su historia bíblica lo ve derrotar a Lucifer y sus ángeles rebeldes, expulsándolos del Paraíso, un evento a menudo representado con Miguel que pisotea al diablo. También es el ángel que pesará las almas en el Día del Juicio. Su veneración es antiquísima, con numerosos santuarios a él dedicados, como el célebre Monte Sant'Angelo en Puglia. Es patrono de muchas categorías, incluidos policías, paracaidistas y enfermos, y su fiesta se celebra el 29 de septiembre. Su figura encarna la fuerza divina, la justicia y la protección.