La escultura representa a San Francisco de Paula, el venerado ermitaño y fundador de la Orden de los Mínimos, que vivió en el siglo XV. La obra presenta al santo en pose contemplativa, con una calavera colocada a sus pies. Esta disposición iconográfica, típica del arte sacro post-tridentino, simboliza la meditación sobre la fugacidad de la vida terrenal y la importancia de la dimensión espiritual.El santo está representado vistiendo su característico hábito, emblema de humildad y devoción. Su expresión refleja una profunda concentración espiritual, mientras que su mirada parece dirigida hacia arriba, en contraste con la calavera que tiene a sus pies.La presencia de la calavera en el suelo acentúa el desapego del santo por las preocupaciones mundanas, simbolizando su elevado estado de contemplación. Esta representación enfatiza el tema del "memento mori", invitando al observador a reflexionar sobre la fugacidad de la existencia terrenal y la importancia de cultivar los valores espirituales.San Francisco de Paula es conmemorado por la Iglesia católica el 2 de abril, fecha de su muerte en 1507. En algunos lugares, especialmente en Calabria, donde nació el santo, la fiesta puede celebrarse también en otras fechas, como el 2 de abril o el 27 de marzo.