El ángel, figura celestial y mensajero divino, no está asociado a un único santo específico, sino que representa una entidad espiritual venerada en múltiples tradiciones religiosas. Su historia tiene sus raíces en las antiguas civilizaciones, donde a menudo era representado como intermediario entre el mundo terrenal y el divino. En el cristianismo, los ángeles están presentes desde las Sagradas Escrituras, encargados de proteger, guiar y anunciar eventos importantes. Su veneración se manifiesta en la devoción a los ángeles guardianes, en la celebración del Arcángel Miguel y Gabriel, y en la creencia de que están siempre a nuestro lado, listos para interceder por nosotros. Su imagen evoca pureza, protección y esperanza, convirtiéndolos en un símbolo universal de fe y espiritualidad.