La Sagrada Familia, compuesta por el Niño Jesús, María y José, es el corazón de la Natividad y símbolo universal de amor, unidad y fe. Su historia hunde sus raíces en los Evangelios de Mateo y Lucas, que narran el nacimiento milagroso de Jesús en Belén, el anuncio a los pastores y la adoración de los Magos.
La veneración de la Sagrada Familia está profundamente arraigada en la tradición cristiana, celebrada en particular durante el período navideño. Ella representa el modelo ideal de familia, basado en el amor mutuo, la devoción a Dios y la aceptación de Su voluntad. José, custodio silencioso y protector, encarna la figura paterna ejemplar; María, madre amorosa y humilde, simboliza la pureza y la gracia divina; el Niño Jesús, el Verbo encarnado, es la manifestación del amor de Dios por la humanidad.
La Sagrada Familia es invocada para la protección y la bendición de las familias, para el crecimiento espiritual de los hijos y para la resolución de las dificultades domésticas. Su imagen, incluso en formas estilizadas como la de fibra de vidrio, sigue inspirando devoción y transmitiendo un mensaje de esperanza y salvación.