El ángel, símbolo universal de protección y mensajero divino, no está asociado a un único santo específico, sino que representa una figura celestial presente en muchas tradiciones religiosas. Su veneración hunde sus raíces en la antigüedad, donde los ángeles eran considerados intermediarios entre el cielo y la tierra, portadores de anuncios y custodios de las almas. En el cristianismo, los ángeles son figuras centrales, citados en las Escrituras como servidores de Dios, protectores de los hombres y guías espirituales. Su presencia es celebrada en festividades dedicadas, como la fiesta de los Ángeles Custodios, que subraya su papel de guía y defensa en la vida de cada individuo. Este ángel en acero y madera encarna la pureza y la fuerza de tal simbología, ofreciendo una advertencia constante a la presencia divina y a la protección celeste.